El ataque frontal, contra la riqueza natural, indispensable para la vida, lo acepta sin sonrojo, la autoridad colombiana.
Esa destrucción se permite para dar paso al desarrollo incontrolado.
Los voceros de la comunidad, al hacer el llamado, son descalificados o sindicados de enemigos de la democracia.
El siguiente video evidencia una de esas desgracias impresionantes en Colombia.